Todos creemos ser Libres y nos consideramos así porque elegimos hacer esto o aquello,
pero la Verdadera Libertad no está en las cosas que hagamos, sino en el corazón...
Después de un tiempo ambos recuperaron su libertad, y al encontrarse después de varios años, uno de ellos preguntó al otro:
- Qué recuerdas de la cárcel?
-Nada -respondió- ya olvide todo.
Entonces el primero dijo:
- Yo tengo un gran ODIO POR EL CARCELERO…
Entonces su ex-compañero de celda le contestó:
- Eso significa que aún sigues preso de él…"
EL ODIO ES UNA EMOCIÓN NEGATIVA QUE TE ENCIERRA EN TI MISMO Y NO TE DEJA CRECER.
Cuando alguien nos ha ofendido, molestado, agredido o lastimado, encuentro dos cosas importantes de hacer:
1. Hacerle saber que hemos sentido eso que hizo como un agravio, pues a veces las personas hacen cosas sin la intención verdadera de hacer un mal, sino por inconsciencia o por indolencia.
2. Perdonar. Una vez informado el ofensor de nuestros sentimientos al respecto, pudiera ser que nos ofrezca disculpas. Aún si no lo hiciera, o si hubiera sido imposible hablar con quien nos lastimó, de cualquier manera PERDONAR. Es la única manera de limpiar las memorias profundas heridas, que marcan en el subconsciente sus cicatrices.
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