lunes, 1 de mayo de 2017

LA MUERTE COMO UNA PUERTA


Todos tenemos a alguien que parte... hoy va mi recuerdo a alguien que hoy atravesó la puerta y ya no está más en esta dimensión. Mi eterno recuerdo, agradecimiento y cariño a quien siempre me brindó una mano y fue una persona de grandes valores. Hasta Siempre Néstor....




¿Qué se puede decir sobre la muerte? ¿Cómo puedes decir algo acerca de la muerte? No existe palabra que pueda definir el significado de la muerte. ¿Qué significa la palabra ‘muerte’? De hecho, no significa nada. ¿Qué quieres decir cuando usas la palabra muerte? Es simplemente una puerta más allá de la cual no sabemos qué sucede. Vemos a un hombre desaparecer al entrar por una puerta; podemos ver la puerta, y entonces el hombre simplemente desaparece. Tu palabra muerte puede dar solamente el significado de la puerta. Pero ¿qué pasa en realidad, más allá de la puerta?; porque la puerta no es el caso.


La puerta ha de ser atravesada. Entonces ¿qué le sucede al que desaparece a través de la puerta que no podemos ver más allá? ¿Qué le sucede a él? ¿Y qué es esta puerta? ¿Sólo un alto a la respiración? ¿Es la respiración la totalidad de la vida? ¿No tienes algo más que la respiración? La respiración se detiene... el cuerpo se deteriora... si tú eres sólo cuerpo y respiración, entonces no hay problema. Entonces la muerte no es nada. No es una puerta hacia algo. Es simplemente un alto, no una desaparición. Es solamente como un reloj.


El reloj está con su tic-tac, trabajando, y luego se detiene; tú no preguntas a dónde ha ido el tic-tac; ¡no tendría sentido! No ha ido a ninguna parte. No se ha ido para nada, simplemente se ha detenido; era un mecanismo y algo en el mecanismo ha salido mal; puedes reparar el mecanismo, entonces nuevamente hará tic-tac. ¿Es la muerte solamente como un reloj que se detiene? ¿Sólo eso?.


De ser así, no es un misterio, no es nada en realidad. Pero, ¿cómo puede la vida desaparecer tan fácilmente? La vida no es mecánica. La vida es consciencia. El reloj no es consciente. Tú puedes escuchar el tic-tac; el reloj nunca lo ha escuchado. Tú puedes escuchar el latido de tu propio corazón. ¿Quién es el que escucha? Si sólo el latido del corazón es vida, entonces ¿quién es el que escucha? Si la respiración es la única vida, ¿cómo puedes estar consciente de tu respiración? Es por ello que todas las técnicas orientales de meditación usan la atención en la respiración como una técnica sutil... porque si te haces consciente de la respiración, entonces ¿quién es esta conciencia? Debe ser algo más allá de la respiración, porque puedes mirarla y el que mira no puede ser el objeto. Tú puedes ser su testigo; puedes cerrar tus ojos y puedes ver tu respiración entrando y saliendo. ¿Quién es el que ve, el testigo? Debe ser una fuerza separada que no depende de la respiración. Cuando la respiración desaparece es el detenerse de un reloj, pero ¿a dónde va esta conciencia? ¿Hacia dónde se mueve esta conciencia?



La muerte es una puerta, no un detenerse. La conciencia se mueve, pero tu cuerpo permanece en la puerta; así como tú has venido aquí, dejando tus zapatos en la puerta. El cuerpo se deja fuera del templo, y tu conciencia entra en el templo. Es el fenómeno más sutil, la vida no es nada ante él. Básicamente la vida es sólo una preparación para morir, y sólo quienes aprenden en su vida cómo morir son sabios. Si no sabes cómo morir te has perdido todo el significado de la vida: es una preparación, es un entrenamiento, es una disciplina.


La vida no es el fin, es sólo una disciplina para aprender el arte de morir. Pero tú tienes miedo, estás asustado, con la sola palabra muerte, empiezas a temblar. Eso significa que aún no has conocido la vida, porque la vida nunca muere. La vida no puede morir.


En algún lugar te has llegado a identificar con el cuerpo, con el mecanismo. El mecanismo ha de morir, el mecanismo no puede ser eterno, porque el mecanismo depende de muchas cosas; es un fenómeno condicionado. La conciencia es incondicional, no depende de nada. Puede flotar como una nube en el cielo, no tiene raíces, no es provocada, nunca ha nacido, así que nunca puede morir.


Siempre que alguien muera has de estar meditativo ante él, porque un templo está sencillamente cerca y es tierra santa. No seas infantil, no traigas morbosidad, estáte en silencio para que puedas observar y ver. Algo muy muy significativo está sucediendo. No te pierdas el momento.

Osho, And the Flowers Showered, charla #5

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