Una casa llena de huéspedes y el anfitrión ausente
Durante miles de años hemos vivido en un extraño estado mental esquizofrénico.
Tú estás diciendo: «En Occidente, la celebración va asociada al concepto americano de diversión». Lo cual encierra otras implicaciones. Solo un hombre desdichado necesita divertirse. Al igual que un hombre enfermo necesitá medicina, un hombre desdichado necesita divertirse: se trata de una estrategia muy astuta para eludir tu desdicha.
Solo el hombre desdichado necesita divertirse |
Pero eso no evita la desdicha, lo único que haces es olvidarte por un momento de que eres desdichado. Al ponerte bajo la influencia de las drogas, del sexo o de lo que tú llamas diversión, ¿qué estás haciendo realmente? Estás huyendo de tu vacío interior.
Como le tienes miedo a tu propio yo, te involucras en todo tipo de cosas. Eso ha producido cierta locura, pero como en Occidente todo el mundo comparte esa misma locura, es muy difícil reconocerla.
Millones de personas ven fútbol. ¿Y tú consideras inteligentes a esas personas? Entonces, ¿para ti quiénes son los retrasados? Y no se limitan a observar, además. saltan, gritan e incluso se pelean. Y como no hay estadios suficientemente grandes para albergar a todo el país, todo el mundo se queda pegado a su sillón delante del televisor. Y, sentados en el sillón, hacen las mismas cosas estúpidas: gritan, saltan... Conozco a un hombre que destrozó su televisor porque su equipo iba perdiendo. Yo le pregunté: «¿Es que quieres que te metan en un manicomio? En primer lugar, el fútbol debería ser para niños, y tú ya has pasado esa etapa hace mucho tiempo, aunque, mentalmente, no debes de tener más de doce o trece años. Lo que has hecho con el televisor me hace sospechar que no solo eres retrasado, sino que además estás loco».
El año pasado, la Universidad de California realizó un estudio acerca de los combates de boxeo a lo largo de todo un año. Cada vez que hay combates de boxeo —algo grotesco, inhumano, salvaje— el índice de criminalidad se eleva un trece o un catorce por ciento más en todo el estado de California. Y ese índice se mantiene después del combate por lo menos durante una semana. Después, poco a poco, vuelve a la normalidad. La gente comete más asesinatos, suicidios, violaciones; de repente, aumentan los crímenes de todo tipo. No obstante, el boxeo no se considera una actividad criminal que debería estar prohibida en cualquier país. Pero si algún gobierno lo intentara, todo el país se pondría en contra del Parlamento y protestaría, porque el boxeo es una «gran diversión». Dos idiotas que se pelean en tu nombre. A ti también te gustaría hacerlo. pero te controlas. Así que es una «diversión» porque alguien lo está haciendo por ti y, de esa forma, expresás tu energía reprimida. Eso es algo que hay que entender: ¿qué tiene de interesante que dos personas se comporten como bárbaros, pegándose? No hay duda de que a ti también te gustaría hacerlo. Puede que no tengas el coraje.
Pero es mucho más complicado: en Occidente, poco a poco, todo el mundo se ha ido convirtiendo en un simple observador. Son otros los que hacen el amor en las películas. son otros los que luchan en los combates de boxeo, son otros los que juegan al fútbol, pero, en el fondo. tú te identificas con esas personas. Es bueno que las salas de cine estén a oscuras; yo he visto a personas llorar en una sala de cine. sabiendo perfectamente que se trata de una pantalla vacía sobre la que se está proyectando una película. He visto a gente visto a gente levantarse emocionada, y eso es algo que siempre me ha hecho pensar... Parece como si el hombre lo hubiera dejado todo en manos de profesionales y él se hubiera convertido en un simple espectador.
Obviamente, un profesional puede hacer las cosas mejor que tú. Pero recuerda: las cosas no se van a quedar ahí.
Hay una novela existencialista en la que el escritor expresa una clara intuición acerca del futuro: que pronto solo los sirvientes harán el amor. ¿Por qué has de molestarte tú? Puedes pagar a un sirviente. Pero ¿por qué habría de preocuparse tu esposa? Ella también puede pagar a otra sirviente.
Esto me recuerda una historia de un hombre muy rico que agobiaba a su psicoanalista.
En Occidente el psicoanalista es uno de los profesionales mejor pagados; cobran cientos de dólares la hora. Muy pocas personas pueden permitirse el lujo de estar locas. Pero ese hombre solía hablar durante dos, tres horas...
El paciente habla tumbado en el diván, y el psicoanalista escucha, pero todo tiene un límite. El hombre estaba volviendo loco al psicoanalista, todos los días con la misma historia. Y no podía pararle porque le pagaba mucho dinero; era su mejor cliente.
Finalmente ideó un plan y le dijo: «Usted me ocupa tanto tiempo que no puedo atender a mis Otros pacientes, así que se me ha ocurrido una idea: yo dejaré aquí mi grabadora y usted podrá hablarle todo el tiempo que quiera, y luego, por la noche, yo lo escucharé muy atentamente, así podré atender a mis otros pacientes».
El hombre rico accedió inmediatamente.
El psicoanalista no creía que fuera a resultar tan fácil, El día siguiente, cuando el psicoanalista iba a entrar a su despacho, el hombre rico estaba saliendo. Le preguntó: «¿Qué ocurre? ¿Adónde va?
¿Qué pasa con su sesión de hoy?».
Él contestó: «Ya he acabado la sesión, yo también he ideado un plan: he pensado que sería mejor hablarle a mi grabadora en la tranquilidad de la noche, sin la molestia de su presencia. En este momento mi grabadora está en el diván hablándole a su grabadora. ¿Por qué habría de perder el tiempo?».
La gente está tan volcada al exterior que ni siquiera puede sentarse por un momento en silencio; se ha convertido en la cosa más difícil del mundo. La gente está inquieta. ¿Qué les asusta? Lo que les asusta es la posibilidad de toparse con su vacío, ya que si uno se topa con su vacío, su vida perderá todo interés. toda su gracia, todo su significado, toda su importancia.
Todo el mundo está huyendo de sí mismo. Y a esa huida de sí mismos es a lo que la gente llama «diversión».
La vida del hombre occidental se puede dividir en dos partes —yo he viajado por todo el mundo y he observado a toda clase de idiotas—, y son las siguientes: la primera es la diversión y la segunda la resaca. En cuanto pasa la resaca es hora de divertirse. Es un círculo vicioso, se mueven entre estas dos cosas, desperdiciando sus vidas sin llegar a ninguna parte. No se puede decir que llegar a la tumba sea llegar a alguna parte. Lo único que significa es que la rueda está tan cansada y tan aburrida de divertirse y sufrir resacas que ya es hora de descansar en una tumba.
La gente solo descansa en sus tumbas. Solo en la tumba tienen tiempo para descansar.
Osho, Extracto del capítulo: Una casa llena de huéspedes y el anfitrión ausente, del libro: "Creer en lo imposible antes del desayuno".
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