miércoles, 11 de diciembre de 2013

La función de un padre o de una madre




La función de un padre o de una madre es genial porque trae 
un nuevo invitado al mundo, 
que no sabe nada, pero trae consigo un potencial. 
Y a menos que el potencial se desarrolle, no será feliz.

A ningún padre le gusta pensar que su hijo va a ser infeliz; 
todos quieren que sus hijos sean felices. 
Sencillamente, lo que ocurre es que la forma de pensar de los padres 
está equivocada. 
Piensan que si sus hijos se hacen médicos, si se hacen profesores, 
ingenieros, científicos, entonces serán felices. 
¡Pero los hijos no saben! 
Sólo pueden ser felices si hacen lo que han venido a hacer. 
Sólo pueden desarrollar la semilla que llevan dentro de sí mismos.

Por eso, ayuda de la forma que puedas a dar libertad, 
a dar oportunidades. 
Ordinariamente, si un niño pregunta algo a su madre, 
la madre dice simplemente no, 
sin ni siquiera escuchar al niño y lo que está pidiendo. 
“No” es una palabra de autoridad, “sí” no lo es. 
Por eso ni el padre, ni la madre, ni nadie que tenga autoridad 
quiere decir sí a las cosas más ordinarias.

El niño quiere jugar fuera de la casa: “¡No!”. 
El niño quiere salir fuera mientras llueve 
y quiere jugar bajo la lluvia: 
“¡No! Te vas a enfriar”. 
Un resfriado no es un cáncer, 
pero al niño que se le impide 
bailar bajo la lluvia 
nunca vuelve a bailar, 
se ha perdido algo grande, algo realmente hermoso. 
El resfriado habría merecido la pena; 
y no es que se vaya a resfriar necesariamente. 
De hecho, cuanto más lo protejas, más vulnerable será. 
Cuanto más permisivo seas con él, más inmune será.

Los padres tienen que aprender a decir sí. 
El 99% de las veces que dicen no, 
lo hacen simplemente para mostrar su autoridad. 
No todo el mundo puede ser presidente de un país, 
no todo el mundo puede tener poder sobre millones de personas. 
Pero todo el mundo puede ser un marido 
y puede tener autoridad sobre su esposa; 
cada esposa puede ser madre y tener autoridad sobre el niño; 
cada niño puede tener un osito de peluche 
y tener autoridad sobre él... 
darle patadas de una esquina a la otra, darle bofetones, 
bofetones que en realidad le gustaría dar a su padre o a su madre. 
Y el pobre osito de peluche no tiene a nadie por debajo de él.

Ésta es una sociedad autoritaria.
Lo que digo es que si creamos niños que tengan libertad, 
que hayan oído muchos “síes” y pocos “noes”, 
la sociedad autoritaria desaparecerá. 

Tendremos una sociedad más humana.

Por tanto, no es sólo una cuestión que atañe a los niños. 
Estos niños formarán la sociedad del mañana: 
el niño es el padre del hombre”.

Osho, Más allá de la psicología


1 comentario:

  1. Muy cierto lo que dice Osho... lastimosamente NO lo ponemos en práctica porque venimos de una educación represiva cargada de muchos NO.
    Me disculpo ante mis hijas por tantos NO que podrían haber sido muchos SI.

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