martes, 17 de diciembre de 2013

CONECTAR CON EL NIÑO INTERIOR


Son muchas las personas que sienten que sus vidas se han apagado, que la ilusión se esfumó, que ya no queda sitio en el mundo para la inocencia. 

Las presiones sociales que impulsan a competir, aparentar, acumular o autoexigirse han creado un ritmo de vida acelerado, con preocupaciones constantes. En medio de esa vorágine es fácil olvidar que no somos el personaje, sino el alma que lo habita, y que es el alma quien debería guiar nuestros pasos.

El alma posee cualidades como la inocencia, la alegría, la espontaneidad, la sensibilidad, la honestidad y la ternura. Todas ellas presentes en los niños, desde que nacen hasta que se mimetizan con la sociedad en la que viven, algo que suele suceder alrededor de los siete años. La barrera de los siete años es la que marca el inicio de la desconexión en el niño. Aunque algunos logran mantenerse conectados con el corazón, son muchos los que se dejan llevar por las creencias de la sociedad que los envuelve. 

Es así como hemos crecido muchos de los adultos que hoy habitamos la Tierra: desconectados del corazón y, por tanto, del alma. 

Ése es el motivo que ha causado tanta confusión, tanta desorientación y tanto dolor, en uno mismo y en los demás. 

 El alma conoce el camino. ¿Qué sentido tiene vivir desconectados de ella? 
 El alma posee las cualidades que nos hacen más humanos. ¿Por qué apagarlas? 

Conectando con el niño interior 
Me gustaría recomendar una meditación muy potente que los ayudará a comprender al niño interior y que mensaje tiene para Ti. Si no has meditado nunca no te preocupes, verás que es muy fácil hallar esta conexión y descubrir los múltiples sentimientos y mensajes que te están aguardando.

Nuestro niño habita en algún lado de nuestro corazón. A nivel energético, decimos que la parte de la conciencia que representa la energía de nuestro niño se encuentra situada en el chakra del corazón, así que ahí es donde debemos ir a buscarla.

Relájate, entra en meditación y visualiza un camino, escalera, túnel, puerta (lo que mejor te vaya) que represente la forma de llegar hasta tu corazón (como si fuera un camino real, un sitio físico al cual se puede llegar).

Ve hacia allí, entra, observa donde estas. Sea como sea el lugar en tu corazón que te has imaginado, llama a tu niño interior. Estará jugando por algún sitio.

Imagínatelo delante tuyo, ¿como es la escena? ¿que imagen tiene? ¿como eres, tienes 3, 5 o 7 años? ¿que está haciendo?

Establece una conversación imaginaria con él. ¿ Que te dice? ¿que sentimientos te comunica? Quizás te vengan imágenes o emociones más que palabras. Es totalmente correcto, simplemente trata de entender que te está diciendo tu niño interior y cual es el mensaje a comprender.

Escucha a tu niño y trata de ver como se siente, ¿está triste? ¿está contento? ¿está confuso?

Tal y como el se sienta, probablemente te sentirás tu en algún nivel que quizás ahora no puedas llegar a identificar.

Trabaja con tu niño para liberar esas emociones que no han salido a la luz y verás como tu vida cambia para mejor.

Haz la meditación tantas veces como sea necesario, y los cambios serán asombrosos.

Vamos a conectar con el niño que fuimos. 

Su esencia permanece en nuestro interior. 

Vamos a escuchar lo que tiene que decirnos, rescataremos sus capacidades, le ofreceremos amor y, si lo hubo, sanaremos su dolor.


 Ese niño es la versión más pura del ser humano que soy, mi proyecto inicial, el que mi alma ideó antes de nacer. Por eso vamos a rescatarlo, para que vibre en nuestro interior con toda su fuerza, con todo su brillo, para que su sabiduría innata, libre de creencias limitantes, guíe ahora nuestros pasos...

1 comentario:

  1. Y pensar que cada vez que dejamos fluir nuestro niño interior... nos tildan de locos... pero lo hacen desde la prisión de su niño interior que grita por jugar con el nuestro.

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