jueves, 10 de noviembre de 2016

Eres Guía de Meditación o un Perro Iluminado?


En los grupos hay muchos caciques y pocos indios.... es un dicho de acá.... y define lo que pasa en reuniones mal llamadas "espirituales" Hay personas que les encanta vestirse de blanco (o naranja, según la iluminación que creen tener y el turbante que eleva y jerarquiza el rango) y dirigir meditaciones, no es que sean mejores meditadores, tal vez nunca meditan en soledad, pero como dice otro refrán. "Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" y agrego... "Dime de que alardeas y te diré de que careces"
Les dejo un extracto del libro: "No te cruces en tu camino" que está genial!!!! Ah... no te olvides de prender los parlantes o colocarte los auriculares...la música que se escucha es  parte importante de la historia 🎧🎵🎶🐱🐺💜😘☺🙏🐶💜


Todo el mundo quiere ser líder, todo el mundo quien dominar, dirigir, guiar, da igual que no sepa lo que le está aconsejando a la gente. Lo que importa es que aconsejar le hace sentirse bien; hace que se sienta sabio. El que tanta gente le mire con respeto como alguien que les puede guiar hace que se sienta bien. Y, naturalmente, has comprendido que cuando te involucras en los problemas de los demás te olvidas de los tuyos propios. 
Olvidarte de tus propios problemas te proporciona cierta paz. Cuando estás meditando solo, es muy difícil porque ¿cómo te vas a olvidar de tus propios problemas... ? Cuando cierras los ojos, te los encuentras a todos haciendo cola. 
Si no puedes meditar solo, tu meditación en grupo es falsa. 
Si no puedes estar solo en silencio, tu silencio, al ayudar a otros a entrar en silencio, no es auténtico. 


Recuerdo una historia muy famosa... 



Un perro se había iluminado. Nadie puede evitarlo... cualquiera puede iluminarse. No hay ninguna ley que lo prohíba: iluminarse no es un delito. Era un perro muy persuasivo, y fue por toda la ciudad diciendo a todos los perros: «Tu único problema es seguir ladrando sin ninguna necesidad. Esta enfermedad de ladrar ha impedido tu iluminación. Fíjate en mí: yo nunca ladro». 


Desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde, estuvo visitando a todos los perros y convenciéndolos de que estaba iluminado, y no había la menor duda. Se sintieron avergonzados, pero ¿qué iban a hacer?; ¡un perro es un perro! Cuando un perro ve a alguien con uniforme, no puede evitar ladrar. A los perros no les gustan nada los uniformes; carteros, policías, sannyasins... En cuanto ve el uniforme, el perro se enfurece con la persona. 
Según parece, debe de ser un gran amante de la libertad; el uniforme representa esclavitud. En la mente de los perros tiene que haber algo de filosofía, porque se lo toman muy a pecho; ladran hasta agotarse. Como ellos no podían dejar de ladrar, tuvieron que aceptar que el perro no ladrador estaba iluminado. 


Era algo parecido al Gautam Buda de los perros, su logro era importante: «Estamos todos orgullosos de que hayas nacido entre nosotros; te veneramos. Te recordaremos, les contaremos a nuestros hijos los días gloriosos de tu existencia. Pero tienes que perdonarnos, aunque intentemos no ladrar con todas nuestras fuerzas, cuanto más nos aguantamos, más ganas nos entran». 


Una noche de luna llena... y la luna es otra cosa que tampoco gusta a los perros; nadie sabe por qué. De hecho, en todas las lenguas hay palabras relacionadas con la luna que son sinónimos de loco. «Lunático» es sinónimo de loco, aunque su definición sea relativo a la luna, se utiliza como adjetivo que denota locura. 


En hindú también ocurre lo mismo: loco se dice chandmara, matado por la luna. La luna enloquece a las personas; incluso al mar. Afecta a los pintores, a los poetas. La mayoría de personas que se suicidan lo hacen en una noche de luna llena; en noches de luna llena, la cantidad de gente que se vuelve loca es mayor. Así que, si los perros ladran toda la noche, no se les puede culpar; tienen algo del poeta, algo del loco, cierto sentido de la estética, cierta afinidad con el mar. No pueden soportar la luna llena, y, como no entendemos su idioma, lo llamamos ladrar. Quién sabe, a lo mejor, están recitando poesías de alabanza a la luna... o, quizá, sus ladridos son su forma de rezar... 


Una noche de luna llena, todos los perros decidieron que habían llegado al límite, ya no podían soportar que siempre les estuviera reprendiendo: «Este perro iluminado es demasiado. Cada vez que ladras, aparece inmediatamente. Está todo el tiempo agazapado, vigilando a los perros. Esta noche de luna llena, nos comprometeremos a no ladrar aunque nos estemos muriendo. Mantendremos los ojos cerrados para no ver la luna». 


Había un silencio como nunca antes. El perro Gautam Buda se dio una  vuelta por el barrio; no vio a ningún perro. Todos habían desaparecido... ¿qué estaría ocurriendo?; y en una noche de luna llena que, normalmente, era un momento cumbre para su predicamento. Pero los perros estaban ocultos en rincones oscuros detrás de las casas. Tenían miedo porque sabían que si veían la luna, con compromiso o sin él, no podrían resistirse. ¡Sabían...! Eran conscientes de su debilidad, de su flaqueza, así que lo mejor era quedarse tumbado tranquilamente al amparo de la oscuridad de la parte trasera de las casas. 


Pero Gautam Buda estaba muy preocupado: «¿Qué habrá ocurrido... ? ¿Habrán muerto todos los perros?». 

La luna empezó a elevarse. Por primera vez —andaba siempre tan enfrascado en sus enseñanzas a los otros perros que no tenía tiempo de mirar al cielo— vio la luna. Todo el firmamento se desmoronó. Se oyó tal ladrido que empezaron a salir perros de todos los rincones. 


Ese día se dio cuenta de que sus continuas enseñanzas no le dejaban tiempo para ladrar. No se puede ladrar y hablar a la vez. Sintió una gran vergüenza.. como si se hubiera caído del pedestal. Todos los perros le rodearon y le preguntaron: «¿Qué ha ocurrido?». 


Es un cuento muy interesante. Si, estando a solas, no puedes permanecer en silencio, entonces tu silencio, cuando diriges un curso, no es más que una tapadera de tu ruido interno. Estás centrado en los problemas de otras personas, y tú mismo te ocultas detrás de eso. 

El silencio solo es auténtico cuando estás a solas y no surge ningún pensamiento en ti. Y, de hecho, esto debería ser una enseñanza para ti. Sé cada vez más meditativo, porque ese es la única regla. 

Solo si has llegado al silencio, tienes derecho a decir a los demás que estén en silencio. Solo si has resuelto tus problemas, tienes la capacidad de ayudar a aquellos que no saben cómo salir del embrollo en que han convertido sus vidas. Necesitas claridad. 

Algo hermoso para que este silencio se convierta en una danza de silencio VIVO... 



Osho No te cruces en tu camino (Extracto del cap. 1)

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