Desde pequeños nos manipulan y aprendemos a manipular, es nuestro hogar el primer lugar donde somos manipulados o manipulamos, siempre hay un fin al que se persigue y se desea conseguir de la forma que sea. Lamentablemente esa conducta aprendida es difícil de identificar y por lo general se continúa ya de adulto, sea desde el lado de ser manipulado o de manipular. Cómo hacer para salir de ese círculo? Cómo reconocer si nos manipulan y frenar a la persona que lo hace? Cómo no atraer a gente manipuladora en nuestra vida... y cómo obrar en el caso de que nos manipulen....
Como evitar que nos manipulen
El “arte” de manipular comienza desde que somos pequeños, cuando utilizamos las sonrisas y palabras bonitas para conseguir lo que queremos. ¿Qué pasa cuando son los adultos manipulan para obtener sus objetivos?
Pocas cosas pueden resultarnos tan molestas como sentirse “manejado” por alguien. Esta situación nos enfrenta a momentos de angustia que nos hacen sentir desvalorizados.
“Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula”
-John Kenneth Galbraith-
En la vida y en tus relaciones de pareja, es necesario aprender a encontrar tu centro, poner límites a las demandas de otras personas y hacer respetar tus deseos y necesidades. Si eres una persona a la que le cuesta decir “no”, piensa que esa necesidad de complacer a los demás está basada en un temor infantil muy común en las mujeres, aunque también afecta a muchos hombres: el miedo a que se enfaden con nosotras y por ello nos castiguen, critiquen o rechacen. En el caso de la pareja, el miedo a que nos dejen de querer y nos abandonen.
El deseo de gustar, ser aceptadas y mantener una buena imagen nos lleva a no saber decir "no", a complacer, ser buenas y poco problemáticas. Pero cuando repetidamente te callas lo que realmente piensas, cuando antepones los deseos de otra persona a los tuyos o haces lo que te dicen para no evitar los conflictos, quien sufre eres tú, porque te sientes frustrada y llena de rencor.
El arte de la manipulación es un ámbito peligroso muy ligado a las capacidades comunicativas y seductoras de la persona que lo ejerce.
Los grandes manipuladores de todas las épocas se han hecho expertos gracias a sus habilidades con el lenguaje y la seducción, actuando como verdaderos encantadores de serpientes.
La incomoda situación de ser manipulado
Ya sea una amiga, un amigo, la pareja, los padres, los hijos, un compañero de trabajo, todos pueden convertirse en grandes manipuladores que se encargan de decidir por nosotros.
Entonces, nos entra la duda de como resolver esta situación que nos aqueja y tanto nos molesta y estamos en la duda de cuáles son las actitudes que posibilitan que esto suceda y como lograr cambiar los roles y hacer desaparecer a esos manejadores de nuestras vidas. Aunque nos parezca una tarea imposible de llevar a cabo, en realidad, la solución depende de nosotros mismos y de nadie más.
Lo primero que hay que hacer, es desterrar esos pensamientos negativos que nos hacen creer que no hay solución para este problema y tener en cuenta los siguientes consejos que nos ayudarán a revertir esta odiosa situación.
Detecta a los manipuladores en tu vida. Por supuesto que puedes echar una mano, aconsejar o acompañar a alguien a quien quieres desinteresadamente, pero solo cuando realmente sientas que puedes aportar algo y experimentes el placer de dar sin esperar algo a cambio. Pero fíjate en que algunas personas solo exigen, sin reconocer ni valorar tu ayuda. Una pareja que nunca tiene tiempo para escucharte o que te juzga con dureza cuando le cuentas tus problemas; una amiga que solo te llama para aliviar su soledad o para contarte sus desengaños amorosos; un amigo con beneficios que solo contesta a tus mensajes cuando le convienen… son “vampiros energéticos” de los que te conviene deshacerte. Recuerda que cuando te respetas, te valoras y te rodeas de gente que realmente te quiere sin exigirte, tu energía se eleva y te conviertes en una persona más feliz y con mucho más para ofrecer.
Aprende a decir no
Si tu deseo de complacer lleva muchos años dominándote, entrénate poco a poco en rechazar las peticiones que no quieres atender. Piensa que ya no eres una niña a la que los demás pueden castigar o manipular, y con cada negativa date cuenta de que no ocurre nada y te vas sintiendo cada vez más fuerte. El truco para hacerlo consiste en ser clara, pero también diplomática. Si tu pareja quiere que le acompañes a compartir un hobby que te aburre, dile que has quedado con tus amigas para hacer algo que te divierte y que después podéis cenar juntos. Si estás soltera y tu mejor amiga quiere arrastrarte a una cita a ciegas que no te apetece, puedes decirle que muchas gracias, pero ya tienes otro plan. No des demasiadas explicaciones y no te desdigas. Poco a poco, te sentirás más firme y verás que los demás te respetan.
Selecciona de quién te rodeas
El ansia por complacer a los demás es un hábito adquirido durante años que se convierte en un comportamiento automático. Para dejar de repetirlo, es necesario que tú misma le pongas fin. Deja de ser la persona complaciente que ayuda a todo el mundo. Fíjate bien en qué personas de tu entorno abusan de tu confianza y dan por hecho que siempre pueden pedirte favores o lograr que hagas lo que ellos quieren. Tal vez sea hora de cortar con algunos amigos, y desde luego también con tu pareja si es un manipulador.
No entregues tu poder
Cuando haces las cosas que no deseas por miedo al rechazo, acabas sintiéndote enfadada y sin energía. Otra forma eficaz de acabar con este comportamiento es tomarte tu tiempo antes de decidir aceptar una petición o sumarte a una iniciativa. Aunque tu tendencia aprendida sea correr a decir que sí, debes aprender a no contestar inmediatamente. Piensa si de verdad quieres hacer lo que te piden: ¿Lo harías solo por caer bien o que te quieran? ¿A ti te aporta algo? ¿De verdad necesitas seguir siendo “la buena chica”? Sé sincera contigo misma y aprende a tolerar el malestar que inicialmente provoca decir “no”. A la larga, te sentirás mejor porque no estarás regalando tu energía, tu tiempo y tu poder.
Cada vez que te encuentres ante una situación de manejo, pon en práctica lo siguiente:
- Tú puedes y debes decir “NO” cuando lo creas necesario. Si cuentas con tiempo para decidir y no estás seguro de la respuesta, pide un margen de tiempo, así evitarás tomar decisiones que luego te angustiarán.
- No dejes que te manejen con actitudes de desamparo, abandono o lástima. Aprende a marcar límites.
- Si es posible, evita a aquellas personas que ya sabes de antemano que poseen una personalidad manejadora o manipuladora, sobre todo si no te encuentras totalmente seguro de ser capaz de colocar los límites a tiempo.
- Inspecciona cuidadosamente tu interior, ya que solo uno mismo ve lo que está pasándonos por dentro a cada momento.
- Se sincero con tus pensamientos y sigue tus instintos, que suelen ser los mejores consejeros y aliados de las buenas decisiones.
- Cuando nos sintamos seguros de nosotros mismos y de nuestras ideas, nadie nos podrá manejar a su antojo.
Tus derechos son inalienables:
- Tienes derecho a que los demás te respeten;
- Tienes derecho a expresar tus emociones, opiniones y deseos;
- Tienes derecho a decidir tus prioridades;
- Tienes derecho a decir «NO», sin sentimiento de culpa;
- Tienes derecho a recibir TODO por lo que has pagado;
- Tienes derecho a expresar tus puntos de vista personales, aunque estos difieran de los demás;
- Tienes derecho a la protección ante amenazas morales, emocionales y físicas;
- Tienes derecho a vivir tu vida, según tu propio concepto de felicidad.
Establece tus propios límites de espacio personal, aprende a marcarlos a tiempo. Recuerda que solo tú, y nadie más, eres el responsable de tu propia vida.
Analiza y responde sinceramente estas preguntas:
• ¿Esta persona me demuestra un verdadero respeto?
• ¿Qué tan justas están sus expectativas y peticiones?
• ¿Qué tan equilibrada es la relación? ¿Quizá sea uno de los dos quien se esfuerza, mientras que el otro solo recibe los beneficios?
• ¿Qué tanto me afecta a mí esta relación?
Tus respuestas te ayudarán a definir y entender tu relación con esa persona, y si existe un problema, comprender la causa.
Preguntas de prueba:
Un manipulador siempre te colmará con sus peticiones o solicitudes, haciendo que desplaces tus necesidades a un segundo plano. Al negarse tú, el manipulador comienza a ofenderte y menospreciar tus argumentos. En esta situación, lo que tienes que hacer es desviar el foco de atención de ti mismo hacia tu interlocutor. Formúlale algunas preguntas de prueba, para comprobar si esa persona aún tiene algo de autocrítica.
• ¿Te parece que lo que me pides es algo justo?
• ¿Te parece que esto es justo conmigo?
• ¿Puedo tener mi propia opinión al respecto?
• ¿Me lo estás preguntando o lo afirmas?
• ¿Qué recibo yo a cambio?
• ¿Realmente crees que yo… ( reformula la petición del manipulador)?
Sucede que, al plantearle estas preguntas, es como si lo pusieras frente a un espejo. Le ofreces la oportunidad de ver su propio «reflejo» y la verdadera naturaleza de su petición.
¡No te apresures!
Una estrategia muy común, que el manipulador suele usar, consiste en forzarte a actuar o responder de inmediato. Si la situación requiere que actúes rápido, el manipulador puede apoyarse en eso para manipularte y conseguir lo que desea. Algo así como «cerrar un trato».
Cuando sientes que te está presionando, tómate tu tiempo para decidir. ¡Tú tienes todo el derecho a eso! Recuerda que ésta es tu oportunidad de evitar las decisiones lamentables. Usa el tiempo a tu favor, quitándole la posibilidad de coaccionar tu voluntad. Una frase muy efectiva que te ayudará a mantener el control sobre la situación, es «lo pensaré». Analiza los pros y los contras: determina si quieres seguir discutiendo al respecto o prefieres terminar con un «NO» rotundo.
Aprende a decir «NO»
Saber decir «NO», poner los puntos sobre las ies a tiempo, es lo más importante en el arte de la comunicación. Una negación clara y concisa te permite mantener firme tu posición y deja en claro tu relación con el interlocutor (sobre todo si sus intenciones son buenas).
Recuerda siempre tu derecho de establecer tus prioridades y de decir «NO», sin sentimiento de culpa. No permitas que te manipulen con actitud de lástima, abandono. Tu propio camino hacia la felicidad lo eliges y lo construyes solo tú.
Háblale sobre las consecuencias:
Si el manipulador sigue sin aceptar tu negativa e insiste en invadir tu espacio personal, usa uno de los métodos más efectivos para acabar con su juego: exponle claramente los posibles resultados de sus acciones. Esto lo pondrá a pensar y lo obligará a cambiar su actitud hacia ti, o al menos, pondrá en evidencia su plan, invalidándolo.
Defiéndete de sus burlas y ofensas:
Otra arma de la que se vale un manipulador, consiste en ofender o burlarse directamente de su víctima, mientras intenta asustarla o causarle algún tipo de sufrimiento. Por eso es muy importante que recuerdes, que el manipulador se basa, se apoya en lo que considera tu debilidad. Si te muestras pasivo y obediente, serás un blanco fácil para sus burlas. Un dato curioso es que muchas de estas personas, en realidad, son cobardes. Una vez que la víctima comience a rebelarse y demostrar carácter, a defender sus derechos, a limitar su espacio, el manipulador se retrae y abandona su causa. Es una ley, y funciona en cualquier situación y comunidad: en la escuela, en familia e incluso en el trabajo.
Recuerda que no se trata de entablar una pelea, tu arma secreta está en saber mantener la calma y mostrarte firme en tu posición. Muchas investigaciones han demostrado que la mayoría de los manipuladores abusivos, en algún momento de sus vidas, han sido víctimas de abuso. Nada de esto, claro está, justifica tal proceder, pero debes tenerlo en cuenta para poder responder a cualquier manipulación, sin remordimiento y con serenidad.
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