Nuestra mente es como un mono, salta y salta de rama en rama todo el tiempo... Generalmente ni siquiera observamos el torbellino de pensamientos que tenemos a cada instante, cuando paramos e intentamos no pensar, vuelven a surgir más y más pensamientos, uno detrás de otros, encadenados como burbujas multicolores que van explotando y desapareciendo en la nada y apareciendo cientos más.... tal como vimos en la maravillosa película "Intensamente" (Inside Out) de Disney....
Pero justamente necesitamos lo contrario, pensar menos....
Continúa leyendo y allí nos explica como lo lograremos....
Cuando practicamos la respiración consciente, los pensamientos se van espaciando y podemos descansar plenamente. En general, pensamos demasiado, y la respiración consciente nos ayuda a estar serenos, relajados y tranquilos. Nos ayuda a dejar de pensar tanto, a no dejarnos llevar por las tristezas del pasado y las preocupaciones por el futuro. Nos permite conectarnos con esta vida, que es maravillosa en el momento presente.
Por supuesto que pensar es importante, pero gran parte de nuestro pensar es simplemente inútil. Es como si cada uno de nosotros tuviera un cassette en la cabeza que no se detiene ni un solo segundo, ni de día ni de noche. Pensamos y pensamos sin parar, y no es fácil dejar de hacerlo. Cuando estamos escuchando un cassette podemos apretar el botón y pararlo, pero no hay ningún botón que detenga los pensamientos.
Podemos pensar y preocuparnos tanto que llegamos a desvelarnos. Si vamos al médico y le pedimos que nos dé pastillas para dormir o un tranquilizante, puede empeorar la situación, porque entonces ni siquiera descansamos bien en el sueño. Y si seguimos tomando esos remedios, podemos terminar habituándonos a ellos. Seguimos viviendo tensos y quizás incluso tomando pastillas.
Cuando usamos el método de la respiración consciente, al inhalar y exhalar dejamos de pensar, porque cuando decimos “inhalación” y “exhalación” no estamos pensando. Las palabras “inhalación” y “exhalación” son solo palabras que ayudan a concentrarnos en la respiración. Si seguimos inhalando y exhalando así durante unos pocos minutos, empezamos a sentirnos reanimados. Nos conectamos con nosotros mismos y nos conectamos con todo lo hermoso que nos rodea en el momento presente.
El pasado quedó atrás y el futuro no ha llegado. Si no nos reconectamos con nosotros mismos en el momento presente, no podemos conectarnos con la Vida.
Cuando estamos en contacto con los elementos de nuestro interior, que nos sanan y reaniman, y de lo que nos rodea, aprendemos a valorarnos y protegerlos, a ayudarlos a crecer. Esas fuentes de paz están a nuestro alcance en todo momento.
Del libro “La Paz está a cada Paso”, de Thich Nhat Hanh
🎼🎵🎶 La Música que escuchas para Calmar la Mente la puedes descargar desde acá: Fridrik Karlsson_Peace of Mind
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