miércoles, 5 de noviembre de 2014

Tu Cuerpo


Todo el mundo se encuentra en un estado de esquizofrenia, más o menos; las diferencias son sólo de grados. Todos están divididos porque los explotadores, tanto religiosos como políticos, han dependido de esta estrategia: divide al hombre, no le permitas al hombre tener integridad, y él seguirá siendo esclavo. Una casa dividida contra sí misma, con seguridad va a ser débil. Así que te han enseñado a pelear con el cuerpo; esa es la estrategia clave para la división, para dividirte. “Pelea con el cuerpo, el cuerpo es tu enemigo. Es el cuerpo el que te está arrastrando hacia el infierno. ¡Pelea, con el puñal en la mano! ¡Pelea día y noche! ¡Pelea vida tras vida! Sólo entonces, un día, podrás conseguir su apoyo.


Esta tontería se ha enseñado a la gente durante siglos. El resultado es que todos están divididos, todos están en contra de su cuerpo. Y si tú estás en contra de tu cuerpo, con seguridad vas a tener problemas. Pelearás con tu cuerpo, y tanto tú como tu cuerpo son una sola energía. El cuerpo es el alma visible, y el alma es el cuerpo invisible. El cuerpo y el alma no están divididos por ningún lado, son parte el uno del otro, son partes de un todo.

Tienes que aceptar al cuerpo, tienes que amar al cuerpo, tienes que respetar al cuerpo, tienes que estar agradecido con tu cuerpo. Sólo entonces lograrás un cierto tipo de integridad, se dará una cristalización; de lo contrario continuarás con problemas. Y el cuerpo no te dejará tan fácilmente; aún después de cientos de vidas la pelea estará ahí. Tú no puedes vencer al cuerpo.


No estoy diciendo que el cuerpo no pueda ser superado, tenlo en cuenta, pero no puedes derrotar al cuerpo. No puedes vencerlo teniendo una actitud negativa hacia él. Puedes conseguir su apoyo siendo amistoso, siendo amoroso, siendo respetuoso, confiando en él. Ese es exactamente mi enfoque: el cuerpo es el templo, tú eres la deidad del templo. El templo te protege, te abriga contra la lluvia, contra el viento, contra el calor. ¡Está a tu servicio! ¿Por qué pelear? Es tan estúpido como cuando un conductor está peleando con el coche. Si el conductor pelea con su coche, ¿qué va a suceder? Destruirá al coche y se destruirá a sí mismo peleando con él. El coche es un hermoso vehículo, te puede llevar a los viajes más lejanos.

El cuerpo es el mecanismo más complejo en la existencia. ¡Es simplemente maravilloso!; y benditos son los que se maravillan. Comienza a sentir asombro ante tu propio cuerpo, pues es lo más cercano a ti. Lo más cerca que la naturaleza ha estado de ti, lo más cerca que lo divino ha estado de ti, es a través del cuerpo. En tu cuerpo está el agua de los océanos, en tu cuerpo está el fuego de las estrellas y los soles, en tu cuerpo está el aire, tu cuerpo está hecho de tierra. 

Tu cuerpo representa a toda la existencia, a todos los elementos. ¡Y qué transformación! ¡Qué metamorfosis! Mira la tierra y luego mira tu cuerpo; qué transformación, ¡y nunca te has maravillado con esto! El polvo se ha vuelto divino; ¿qué mayor misterio es posible? ¿Qué mayores milagros estás esperando? Y tú ves que el milagro está sucediendo todos los días. Del lodo viene el loto... y del polvo ha surgido nuestro hermoso cuerpo. Un mecanismo tan complejo, funcionando tan suavemente... sin ruido. Y es en verdad complicado.


Los científicos han creado máquinas muy complicadas, pero nada comparado con el cuerpo. Hasta la computadora más sofisticada es un juguete comparada con el mecanismo interno del cuerpo. Y se te ha enseñado a pelear con él. Eso crea una división, que te mantiene agitado, que te tiene en una constante guerra civil. Porque peleas contigo mismo, lo cual es completamente estúpido, tu vida se vuelve cada vez menos inteligente y cada vez más estúpida. Y luego quieres grandes transformaciones; quieres abandonar los celos y que el enojo desaparezca, y no quieres que exista codicia en ti.

¡Eso es imposible! Con tal confusión desde el comienzo mismo, ¿cómo puedes crear el espacio en el que sucedan las transformaciones, en donde el enojo se vuelva compasión, en donde el odio se convierta en amor, en donde la avaricia se vuelva un compartir, en donde el sexo se convierta en samadhi? ¿Cómo puedes esperar tan grandes transformaciones, en un estado tan agitado?

Lo fundamental es soltar la división, volverse uno. Sé uno, y entonces todo lo demás es posible; aún lo imposible es posible.

El camino es muy simple y directo. Hasta un niño puede entenderlo. Es tan simple como que dos mas dos es igual a cuatro, o aún más simple. Es tan simple como el canto de un pájaro, tan simple como una rosa; simple y hermoso, simple y de una grandeza tremenda. Pero sólo una mente sin agitación puede entenderlo, sólo una mente sin agitación tiene la capacidad para verlo; de lo contrario vivirás en la codicia y vivirás con enojo, y vivirás con celos y posesividad, y vivirás con odio. Puedes fingir, puedes convertirte en un santo en la superficie, pero seguirás siendo un pecador en lo más profundo. Y el mayor pecado es dividirte a tí mismo.

El mayor pecado no es el que se comete contra otros, es siempre el que cometes contra ti mismo. El crear esta división entre tu cuerpo y tú mismo, es un estado de suicidio. Condenando al cuerpo sólo puedes volverte un hipócrita, sólo puedes vivir una vida de pretensiones.


Respeta el cuerpo, respeta la mente, para que ellos te respeten. Crea amigabilidad. Son tuyos; no seas antagonista. Todas las viejas tradiciones te enseñan a ser antagonista con el cuerpo y la mente; crean enemistad, y a través de la enemistad no te puedes mover hacia la meditación. Entonces la mente te molestará más cuando estés meditando que en cualquier otro momento. Entonces el cuerpo se pondrá inquieto... más en meditación que en cualquier otro momento. Se vengará, no te permitirá sentarte en silencio. Esto creará muchos problemas para ti.

Si has intentado sentarte en silencio por unos cuantos minutos lo sabrás. Empezarán a suceder cosas imaginarias. Pensarás que alguna hormiga se está arrastrando por tu pierna y, cuando mires, no hay ninguna hormiga. Extraño... Cuando estabas sentado con los ojos cerrados sentiste absolutamente que estaba ahí, arrastrándose, viniendo, viniendo, viniendo... y cuando abres tus ojos no hay ninguna hormiga, nada. Fue sólo tu cuerpo gastándote bromas.


Tú has estado gastándole bromas al cuerpo. Has estado engañando al cuerpo de muchas maneras, así que ahora el cuerpo te está engañando a ti. Cuando el cuerpo quiere ir a dormir, tú lo obligas a sentarse en una sala de cine. El cuerpo dice: “Está bien. Cuando llegue la oportunidad ya lo veremos”. Así que cuando te sientas en meditación el cuerpo te empieza a dar problemas. De repente comienzas a sentir que necesitas rascar tu espalda... y te sorprendes porque esto nunca sucede ordinariamente.

Una mujer me trajo una mano de plástico con pilas incluidas, para rascar la espalda. Yo le dije: “Pero, ¿por qué me has traído esto?”.

Ella dijo: “Tú debes estar sentado en meditación... Cada vez que yo me siento en meditación, el único problema es que mi espalda comienza a... Siento muchas ganas de rascarla, y no la puedo alcanzar. Así que he comprado esta mano. ¡Es muy práctica! Te la pones y puede rascar cualquier parte. Así que estaba pensando que tú al estar sentado en meditación... ¡podrás necesitarla!”.


Le dije: “Yo nunca me siento en meditación. Yo estoy en meditación, así que no necesito sentarme. Al estar haciendo cualquier cosa, estoy en meditación. Si mi espalda necesita que la rasquen, la rascaré meditativamente. ¿Qué hay de malo en rascar tu propia espalda? No estás rascando la espalda de alguien más.

Simplemente cuida el cuerpo y el cuerpo te lo devolverá tremendamente. Cuida tu mente y la mente te ayudará. Genera una amistad, y la meditación llega fácilmente. Más que tratar de entender... porque el entendimiento no es posible antes de la meditación, sólo la confusión es posible.

Un hombre entró a una cantina una noche y se sentó en la barra para tomar una cerveza. Cuando estaba conversando con el hombre que estaba en el taburete junto a él, un mono trepó por uno de los postes de la cantina, se detuvo ante su vaso y se orinó en su cerveza. El hombre se dio cuenta demasiado tarde.


“¡Oye!', exclamó. “¿Viste eso? ¡Ese mono se acaba de orinar en mi cerveza!”.

“Bueno, no sirve de nada que me lo digas”, dijo su vecino. “Dile al cantinero; él es el dueño de este lugar” .

El hombre llamó al cantinero. “¡Oye!”, le dijo. “¿Sabes que mientras hablaba con este caballero vino un mono y se orinó en mi cerveza?”.

“Nada que ver conmigo”, dijo el dueño. “Ve a hablar con el pianista que está allá; ¡es su mono!”.

El hombre caminó con su tarro, dando unos golpecitos en el hombro del pianista y dijo: “ Oye,¿sabes que tu mono se acaba de orinar en mi cerveza?'.

“No”, dijo el pianista, “pero si me cantas las palabras, yo tocaré la melodía.



Osho, The Dhammapada: The Way of the Buddha, Vol. 10, charla #4

2 comentarios:

  1. Violeta excelente artículo , escrito con convicción felictaciones por la calidad y la profundidad que es expresado este artículo , un abrazo de luz de Ines Setuain

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    1. Muchas Gracias Inés por dejar Tu Huella y Expresar Tu Sentir ♥

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Muchas Gracias por Leer y dejar Tu Pensar y Sentir en Tu Comentario. ♥