NUEVA ESPIRITUALIDAD PARA EL SIGLO XXI
no a la revolución política,
sí a la rebelión individual
Unidad |
Un revolucionario es parte del mundo político; su enfoque es político. Su entendimiento consiste en modificar la estructura social para cambiar al ser humano.
Un rebelde, según el uso que doy al término, es un fenómeno espiritual.
Su enfoque es absolutamente espiritual. Su visión indica que para transformar la sociedad debemos cambiar el individuo. Como la "sociedad" no existe en sí misma, es sólo un nombre colectivo, un nombre, no una realidad, sin sustancia, igual que "muchedumbre': si la buscas, no la hallarás en ninguna parte. Dondequiera que busques a alguien, encontrarás un individuo.
La "sociedad':
El individuo tiene alma, la posibilidad de evolucionar, cambiar, transformarse. Por tanto, la diferencia entre individuo y sociedad es enorme. El rebelde es la esencia misma de la religión. Trae al mundo un cambio en el estado consciente y, si el estado consciente cambia, entonces la estructura de la sociedad también lo hará. Pero lo contrario no puede ocurrir: ha sido demostrado por todas las revoluciones que han fallado.
Ninguna ha tenido éxito en cambiar a los seres humanos; pero al parecer no estamos al tanto de ello. Continuamos pensando en términos de revolución: cambiar la sociedad, el gobierno, la burocracia, cambiar leyes y sistemas políticos. Feudalismo, capitalismo, comunismo, socialismo, fascismo; fueron, a su manera, revolucionarios. Todos fallaron, y seguirán haciéndolo porque el hombre sigue siendo el mismo.
Gautama Buda, Zaratustra, Jesús, son rebeldes. Su confianza está en el individuo. Ellos tampoco han tenido éxito, pero su fracaso es totalmente distinto al de la revolución. Los revolucionarios han probado sus métodos en varios países, de diversas formas, y han fallado. Pero el enfoque de Gautama Buda no ha tenido éxito porque no ha sido probado. Jesús no ha tenido éxito porque los judíos lo crucificaron y los cristianos lo sepultaron.
Él no ha sido puesto a prueba, nunca se le ha dado oportunidad.
El rebelde es todavía una dimensión sin explorar.
Debemos ser rebeldes, no revolucionarios. El revolucionario pertenece a una esfera mundana; el rebelde y su rebelión son sagrados. El revolucionario no puede permanecer solo, necesita una muchedumbre, un partido político, un gobierno. Necesita poder y el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Todos los revolucionarios que obtuvieron el poder han sido corrompidos por él. No podían cambiar la naturaleza del poder y sus instituciones; el poder los cambió a ellos y a sus mentes, los corrompió. Sólo cambian los nombres, pero la sociedad continúa siendo la misma.
Durante siglos, el estado consciente del ser humano no ha crecido. Sólo de vez en cuando alguien alcanza la plenitud, pero entre millones de personas el crecimiento de una no es la norma, es la excepción. y debido a que esta persona está sola, la muchedumbre no puede tolerarla.
Su existencia se convierte en una especie de humillación; su mera presencia se considera insultante porque abre nuestros ojos, muestra nuestro potencial y nuestro futuro. y esto lastima tu ego porque no has hecho nada para crecer, ser más consciente, amar más, alcanzar el éxtasis, ser más creativo y silencioso: para crear un mundo bello alrededor de ti. No has aportado al mundo; tu existencia no ha sido una bendición sino una desgracia. Tú entregas al mundo ira, violencia, celos, competitividad y ansia de poder. Haces del mundo un campo de batalla; estás sediento de sangre y haces que otros lo estén. Privas de humanidad su condición de humanos. Ayudas al hombre a caer debajo de la humanidad, incluso a veces debajo de los animales.
Por tanto, un Gautama Buda o un Chiang Tzu te lastiman, porque ellos han alcanzado la plenitud y tú simplemente estás aquí. Las primaveras van y vienen y nada florece en ti. No vienen las aves a hacer sus nidos y a cantar sus canciones alrededor de ti. Es mejor crucificar a Jesús y envenenar a Sócrates, sólo para eliminarlos, así no tendrás que sentirte inferior espiritualmente.
El mundo ha conocido sólo unos cuantos rebeldes. Pero ahora es el momento: si la humanidad demuestra que es incapaz de producir una gran cantidad de rebeles, un espíritu de rebeldía, entonces nuestros días en la Tierra están contados. Entonces los decenios por venir pueden convertirse en nuestra tumba. Estamos llegando muy cerca de ese punto.
Debemos cambiar nuestro estado consciente, crear más energía meditativa en el mundo, más sentido del amor. Tenemos que destruir lo viejo, su fealdad, sus ideologías podridas, sus estúpidas discriminaciones, las supersticiones idiotas y crear un nuevo ser humano, con ojos frescos y nuevos valores.
La discontinuidad con el pasado es el sentido de la rebeldía.
Estas tres palabras te ayudarán a entender: reforma, revolución y rebelión.
Reforma significa modificación. Lo viejo continúa y tú le das nueva forma, nueva presentación: es como renovar un edificio antiguo. La estructura original se mantiene; lo encalas, lavas, agregas algunas ventanas, unas puertas.
La revolución va más lejos que una reforma. Lo viejo continúa, pero sufre más cambios, algunos incluso en su estructura básica. No sólo cambia su color y se abren unas cuantas ventanas y puer- tas nuevas, sino que tal vez se construyen nuevas historias, yendo arriba, hacia el cielo. Pero no se destruye lo viejo, se mantiene oculto tras lo nuevo; de hecho, permanece como el fundamento de lo nuevo. La revolución es una continuidad con lo viejo.
La rebelión es discontinuidad. No es reforma ni revolución; simplemente es desconectarte a ti mismo de todo lo viejo: religiones, ideologías políticas, ser humano; te desconectas de todo lo que es viejo. Comienzas tu vida de nuevo, a partir de cero.
El revolucionario trata de cambiar lo viejo; el rebelde simplemente lo abandona, como la serpiente se despoja de su vieja piel y no vuelve atrás.
A menos de que se forjen rebeldes como estos alrededor de la Tierra, la humanidad no tiene futuro.
El hombre viejo nos ha conducido a nuestra muerte definitiva. La mente vieja, las ideologías viejas, las religiones viejas, todo combinado nos ha traído a esta situación de suicidio global.
Sólo un nuevo ser humano puede salvar a la humanidad, este planeta y la bella vida que hay en él.
Yo enseño rebelión, no revolución. Para mí, la rebeldía es la cualidad esencial de una persona religiosa, es la espiritualidad en su pureza absoluta.
Los días de la revolución han terminado. La Revolución Francesa fracasó, la Revolución Rusa fracasó, la Revolución China fracasó. En India, incluso la revolución de Gandhi falló ante sus propios ojos.
Él enseñó la no violencia a lo largo de su vida, y frente a sus ojos el país se dividió; millones de personas fueron asesinadas, quemadas vivas. Gandhi mismo fue asesinado. Extraño fin para un santo no violento.
Es extraño cómo las revoluciones han fracasado en manos de los propios revolucionarios: una vez que tienen el poder piensan de manera diferente. Entonces comienzan a estar demasiado atados a ese poder y sus esfuerzos se dirigen a conservarlo para siempre y mantener a las personas bajo control.
El futuro no requiere más revoluciones, necesita un nuevo experimento que no se haya intentado aún. Durante miles de años han habido rebeldes, pero han permanecido solos, como individuos. Quizá no era el momento oportuno para ellos. Ahora no sólo es el momento oportuno ... es el tiempo preciso, si no te apresuras, el tiempo se acaba. En los próximos decenios, la humanidad desaparecerá o un nuevo ser humano con una nueva visión aparecerá en la Tierra. Ese nuevo ser humano será un rebelde...
Extractos del libro: "El gran libro de las revelaciones" de Osho
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