Dos Halcones
Cuento Zen
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entrego al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasando unos meses, el maestro le informo al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejo desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aun continuaba inmóvil.
Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
Su corte rápidamente le presentó a un campesino.
El rey le preguntó: - ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?
Intimidado el campesino le dijo al rey: -Fue fácil, mi rey, sólo corté la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar.
Escucha este hermoso relato en la voz de Jorge Bucay
Muchas veces esto pasa con los hijos, los amigos, las personas que estimamos... no les dejamos que experimenten volar, porque cuando sus alas ya son fuertes y amplias, no les permitimos que lo sepan y nos convertimos en su rama.
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