
Este pequeño cuento es algo que siempre tenemos que tener presente, cuántas veces por querer ayudar a alguien terminamos haciéndole daño, y se intensifica más cuando hacemos las cosas sin esperar a que la persona nos lo pida. Si por querer ayudar a nacer a una mariposa cortamos el capullo esta nacerá mal y enseguida morirá, el esfuerzo que realiza con sus alas para poder salir es lo que la impulsará a volar, de otra forma sus alas serán débiles y no podrá hacerlo. Hay que ser muy cuidadosos antes de ayudar a alguien y primeramente preguntarle si desea ser ayudado o prefiere seguir así, y también si podemos, explicarle cuáles serán los cambios después de la transformación. Y esta historia me recordó una muy bonita que encontré en un libro que estoy leyendo y que se las comparto a continuación....