jueves, 1 de septiembre de 2016

Cuando las Palabras Ahogan



Cuántas veces callamos por infinitos motivos, y eso no es bueno para nadie, a uno porque eso que no se expresa son emociones contenidas que enferman el cuerpo físico, y a la otra parte porque podríamos mejorar las relaciones cuando expresamos nuestro sentir y lo que pensamos, desarrollar un diálogo de acuerdos y entendimiento es sanar en todos los aspectos...

Si las palabras te ahogan, es el momento de decirlas


Ni siquiera la persona más callada puede cargar en silencio con todos sus sentimientos, ya que todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando y verbalizar lo que nos ahoga por dentro. De hecho, habrá temporadas en las que probablemente sientas que eso que tienes atascado en la garganta te está haciendo daño y no veas la manera de sacarlo fuera en palabras. Como si te hubieras atragantado y no pudieras respirar por el corazón.

Puede que incluso que eso te lleve a pensar que no existen palabras lo suficientemente precisas para trasmitir un retrato suficientemente fiel de lo que te ocurre . Es completamente normal, trata de respirar. Todos hemos pasado por esa situación alguna vez y puedo decirte que nada se va a quedar ahí indefinidamente: aunque no lo creas, tu burbuja de dolor se romperá y encontrarás el método para aliviarte y sentirte mejor.


No expresar tus emociones puede enfermarte

Son tantas las emociones que llegamos a sentir que, sin importar si son positivas o negativas, tienen que exteriorizarse para que podamos canalizarlas adecuadamente. De lo contrario, se quedan en tu interior haciendo ruido y quitándote parte de tu energía.


Ciertamente, el cuerpo y la mente piden fluidez con lo que recogen de las experiencias y si no lo reciben pueden enfermarse: por ejemplo, la alexitimia es un trastorno que resulta de llevar a los límites esa incapacidad de manifestar las emociones.

Si sientes que te has bloqueado y que no sabes continuar, quizá sea el momento de dejar que las palabras hablen por ti y de  que incluso busques ayuda. Ya no para que te diga qué hacer o qué no, sino para buscar esa sensación de comprensión que todos necesitamos.


Persigue las palabras que quieren huir

Es curioso que justo cuando más padezcas la sensación opresora de querer decir algo no puedas porque las palabras que te ayudarían a hacerlo quieren huir y no te lo permiten. Sin embargo, si buscas en ti la fuerza suficiente para perseguirlas lograrás hacerte con ellas.



Es posible que en el momento de hablar tartamudees, se entrecorten tus frases y que sientas que se te seca la boca. O, también puede que, en lugar de hablar, prefieras escribir y entonces te cueste enlazar tus pensamientos o te sorprendas con lo que ves ante el papel.

No obstante, las palabras que ahogan tienen que salir fuera porque tú misma es beneficioso que las escuches y las aceptes. Mientras no lo expreses, no podrás asumirlo ni sabrás cómo actuar ante ellas.

Algunas herramientas para el desahogo

Desahogarnos es uno de los procesos más complicados a los que tenemos que hacer frente como personas, pues equivale a dejar al descubierto el pecho mientras sufre para ver de cerca lo que nos aflige. Sin embargo, existen algunas técnicas que podrían facilitar el desahogo emocional y ayudarte a encontrar tu paz interior:


Ser tu propia consejera: si crees que posees una buena capacidad de objetividad para analizarte, es probable que tratar tus propios pros y contras de lo que te ocurre sea un buen ejercicio de catarsis para ti.
Llorar: siempre digo que es beneficioso llorar, pero creo que es preciso entender que es útil únicamente cuando somos conscientes de que nos está aliviando. Date la oportunidad de llorar hasta cansarte si lo necesitas, pero después de hacerlo intenta sacar las conclusiones al respecto.

Ganar tranquilidad y calma: la mejor manera de enfocar los problemas es sencillamente en un ambiente de tranquilidad y calma. Si lo estás pasando mal puedes realizar algo que te relaje, como escuchar música, y después buscar las palabras que necesitas decir.

Rodearse de personas que te quieran: es evidente que es tan indispensable encontrar a alguien cerca que se alegre de tus logros como que tenga la empatía para tus fracasos, miedos o indecisiones. Estoy segura de que hay alguien a tu lado que está dispuesto a no juzgarte, con quien puedes sentirte libre de hablar y ser escuchado.


“Me parece que eres de esas personas que saben escuchar con los oídos, los ojos y el corazón, todos al unísono”
-Kate Morton-

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